Con ocasión de una conferencia para todos los públicos sobre
los transgénicos, a la que asistí como público, el auditorio, mayoritariamente contrario
a los transgénicos, en sus preguntas ponía en mal lugar la profesionalidad de
los científicos, por acceder a producir este tipo de plantas. Tuve que
intervenir como investigador para decir que en la ciencia como en todas las
profesiones hay buenos y malos.
Mi experiencia en Fitogenética, haciendo mejora clásica de
plantas, es que la introducción de un nuevo gen (mejor sería decir un nuevo alelo
de un gen existente en la especie) siempre tiene efectos colaterales que hay
que ir corrigiendo durante el proceso de mejora. Sin entrar en detalles, si
introducimos un gen completamente nuevo en una especie, como es el caso en la
producción de transgénicos, ese gen tiene que buscar su hueco (‘locus’ se dice
en términos genéticos) en el genoma, y los efectos colaterales siempre serán mayores.
Tanto más cuanto que generalmente se aloja en varios huecos (‘loci’) y los
efectos epistáticos son mayores.
Hay que recordar que la biología es muy compleja. Baste
recordar lo complicados que son nuestros propios temas de salud.
Pero no solo por eso soy contrario a los transgénicos, en
particular de los de maíz. Es posible conseguir el mismo objetivo con plantas
normales pero cultivadas adecuadamente. Sin entrar en los detalles que se
comentan habitualmente sobre los transgénicos, el negocio de los transgénicos
de maíz es un negocio más bien perverso. Pienso que su objetivo final es
eliminar a los productores de semilla normal.
Por otro lado, en el sector claramente contrario a los
transgénicos, una vez vi un cartel haciendo referencia a un huerto escolar que
decía ZONA LIBRE DE TRANSGENICOS. Me parece que este tipo de advertencias
también es perverso. ¿Quiere decir que las lechugas, judías, acelgas, etc. que
había en ese huerto eran de fiar y las hortalizas que podamos comprar en la
tienda no lo son? También se dice que
los nuevos tomates ‘larga vida’, duros como piedras, son transgénicos, cuando
no lo son. Se han obtenido mediante mejora clásica. En fin hay que llevar
cuidado y no alarmar a la gente. De momento no se conocen o no se comercializan
hortalizas transgénicas. Ni creo que aparezcan pues la presión popular en
contra es muy fuerte a nivel internacional.