viernes, 12 de febrero de 2016

MI TEMPRANA EXPERIENCIA.


En mayo de 1974, ante el traslado del jefe de la Unidad de Horticultura, ya hacía un año, se me nombra jefe de la misma. Tenía 27 años. Hacía menos de 2 años que había vuelto del período de formación en Holanda (casi 2 años). Éramos 2 investigadores. En un par de años éramos más de 15 investigadores. Aparte de coordinar la actividad tenía que hacer mi propia investigación. No teníamos más que unas parcelas experimentales, algún auxiliar de campo y escasos medios técnicos. Aún me maravillo de cómo salí adelante. Sin embargo, el agobio de trabajo y la escasa ayuda me llevaron a hacer cosas sencillas, como la selección del pimiento Morrón, demanda de la zona, que dio lugar a la obtención de la línea Luesia. Su éxito me impidió pensar en su mejora cruzándola con otras de las líneas obtenidas en el mismo programa. Afortunadamente, porque en ese momento habríamos perdido la resistencia a Verticillium y probablemente la resistencia al agrietado del fruto. No hay mal que por bien no venga. Cuando, muchos años después mejoramos la variedad Piver, ya conocíamos cómo manejar la resistencia y cómo actuar más convenientemente en el proceso de selección. Y todo esto, con la transferencia de la investigación agraria desde el Estado a las autonomías, poca implicación de los jefes-políticos, escasas directrices de trabajo y no resolviendo el hecho de que había alguna investigadora incapaz provocando, por no decir cosas peores, mal ambiente en la Unidad.